martes, 5 de mayo de 2015

Renovación de votos

La fiesta termino, todo lo que había llevado meses planear había llegado a su fin, ahí estába yo, vestida de novia subiendo a un bocho rojo despidiéndome de mis papás y tú en ese traje gris recibiendo la bendición de mis ahora oficialmente suegros, me convertía en parte de tu familia y tú de la mía. Todos regresarían a su casa, a su misma cama y al despertar, sus vidas seguirían igual, menos la tuya y la mía, esa había cambiado para siempre.
Después de los nervios, el maquillaje, el vestido, la misa, los regalos...sólo quedábamos tú y yo. 
Puedo decirte que el casarnos ha sido el mayor reto de nuestras vidas, lograr que dos personas sacadas de entornos tan diferentes, con costumbres y hábitos tan opuestos lograran encontrar una manera conjunta y funcional de convivir día a día con sus propios fantasmas, no es cosa fácil. 
Y lo que tiene aún más mérito es hacer que el amor sea lo que mueva cualquier circunstancia entre nosotros, más allá del orgullo en una pelea, los egos en una discusión, terminar amando los errores del otro y lo que nos hace diferentes, literalmente jamás lo habría hecho sin ti. 
Hay muchas maneras de lograr un "juntos para siempre", pero lo importante es hacerlo convencido día a día que no hay otro lugar en el mundo donde desees estar...que aquí.
Cuando estas por casarte nadie te habla de las tormentas que tendrás que librar, de lo difícil que será negociar, encontrar un punto medio. De lo casi imposible que resulta controlar la ira y filtrar las palabras al calor de una discusión. Que nuestro peor enemigo seremos nosotros mismos llenos de ego. 
Nadie nos dice que nuestros hijos nos pondrán frente a frente lidiando con las sombras que cada uno carga, que cuando el dinero no es suficiente es fácil ver salir el amor por la ventana.
Todo eso lo aprendimos cada día de estos años que nos sorprendieron con situaciones que nos sobrepasaron y llevaron al borde donde siempre uno de los dos rescató al otro y lo abrazó fuerte aferrándose a él.
Ya no somos los mismos que con un beso borrábamos lo que había en el entorno, el enamoramiento pasó, crecimos, envejecimos, y aprendimos. 
Y hoy después de 14 años quiero festejar, porque te amo, con un amor más sólido y maduro, con menos apego y más libertad, te amo más desde mi amor por mi misma. Amo el hombre que eres ahora, el compañero que siempre está cuando la vida me mueve el piso. Te amo por ser el amigo que entiende mi pasado y acepta mis sombras. Te amo como el cómplice de mis ridículos desvaríos. Te amo porque puedo odiarte por instantes con la misma intensidad con la que te amo y eso sólo hace que al final te ame más. 
Renuevo mis votos de amor contigo y te prometo equivocarme sólo por el hecho de intentarlo, te prometo amarme tanto para poder amarte a ti, prometo respetarte en tu espacio, tus tiempos, tus soledades.
 Prometo siempre volver para contarnos lo vivido, prometo estar para ti después de los amigos, de la familia, de los hijos, y lo más importante prometo sorprenderte y enamorarte para que cada día me elijas de nuevo para estar en tu vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario