miércoles, 20 de julio de 2016

Ciclo regio

¿Que sí la vida es cíclica? Estoy empacando para cambiar mi rumbo de nuevo.
Hace un año hacia exactamente lo mismo, llena de miedo renunciando a la diminuta estabilidad que tenía. No había mucho que perder y la experiencia era prometedora, dejé a un lado todos los miedos y por primera vez dije que "SI" a una aventura en la que sentía que yo no tendría control alguno.
 La transición fue más difícil de lo que imagine, al emprender el camino parecía que una fuerza se imponía para evitar el viaje y a pesar de la angustia y toda la frustración logramos llegar a esta ciudad. 
Debo decir que llegar a un lugar que no conocía y verme en una nueva vida, fue liberador, no había prejuicios sobre quien era, excelente para empezar de cero pero muy pronto esa gran ventaja empezó a cobrar factura, llego la confrontación. De frente conmigo misma y todas mis debilidades, parecía que mis fortalezas habían desaparecido y me convertía en todo aquello que jamás había querido ser. Después de toparme con la peor versión de mi misma, llego la depresión que se planta sin aviso y es difícil de ahuyentar. 
Nada parecía tener sentido y todo resultaba injusto hasta que entendí que tenía que pasar por ese proceso para llegar a reconocerme más fuerte y con infinitas posibilidades.
Es momento de retornar y aunque aún tengo miedo, sé que no hay nada que no pueda enfrentar. 
Sé que el regreso no será fácil, llegaré a una ciudad con ausencias que duelen y que la distancia no permitió asimilar,  habrá frustración por empezar de nuevo y también nostalgia por Monterrey, porque dejo aquí una gran parte de mi, extrañaré está casa, los paisajes, me llevo la parte regia que adopte, todos los lugares, las risas, el extremo calor, el frío, las lágrimas, las soledades, los momentos inolvidables y en el corazón un pedazo de esta ciudad que me hizo quien soy ahora.
"Hasta pronto Monterrey."

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